Los 100 lenguajes de los niños

LOS CIEN LENGUAJES DE LOS NIÑOS: MÁS ALLÁ DE LAS PALABRAS


"El niño tiene cien lenguajes, y le robamos noventa y nueve." – Loris Malaguzzi

Cuando leí esta frase de Loris Malaguzzi, fundador del enfoque Reggio Emilia, me hizo reflexionar profundamente: A menudo, la educación tradicional nos lleva a pensar que el aprendizaje de los niños se limita a lo verbal, a lo que pueden decir o escribir. Pero lo cierto es que los niños tienen una amplia capacidad para expresarse de muchas otras formas: a través del arte, la música, el movimiento, el juego... y cada una de estas formas de expresión tiene un valor único. Sin embargo, muchas veces las pasamos por alto.

Loris Malaguzzi (1920-1994) fue un pedagogo y filósofo italiano, conocido por ser el creador del enfoque educativo Reggio Emilia. Su visión de la educación está basada en la idea de que los niños son protagonistas activos de su propio aprendizaje. Malaguzzi creía que, al respetar su creatividad y autonomía, se les da la oportunidad de explorar, descubrir y expresar su visión del mundo a través de múltiples lenguajes. Para él, la educación debía ser un espacio de diálogo, donde los niños, los educadores y las familias trabajaran juntos para crear experiencias de aprendizaje significativas.

Reggio Emilia es un enfoque educativo que nació en Italia y que se centra en la idea de que los niños son seres competentes, curiosos y llenos de potencial. En este modelo, el aprendizaje no es algo que se les impone, sino que los niños son los protagonistas activos de su proceso educativo. El entorno es clave: debe ser un espacio estimulante y lleno de recursos que invite a la exploración y al descubrimiento. 



"Una escuela debe ser un lugar para todos los niños, no basada en la idea de que todos los niños son iguales, sino que todos son diferentes."




¿QUÉ SON LOS "CIEN LENGUAJES"?

En el enfoque Reggio Emilia, Malaguzzi hablaba de los "cien lenguajes" para describir las diversas maneras en que los niños entienden y se comunican con el mundo que los rodea. Estos lenguajes incluyen, pero no se limitan a, el dibujo, el juego simbólico, la danza, la música, y muchas otras formas. Cada niño, con su personalidad y su curiosidad, crea nuevas formas de interpretar su entorno. Pero, ¿qué pasa cuando centramos todo el aprendizaje en la lectura, la escritura y las matemáticas? De alguna manera, le estamos quitando al niño esas 99 formas de expresarse que son igual de importantes.

Ilustración de Mom is Drawing obtenida en Pinterest


¿LA CIENCIA LO RESPALDA?

Numerosos estudios nos demuestran la importancia de valorar estas formas de expresión en el desarrollo de los niños. Según Garaigordobil y Berrueco (2011), las actividades creativas en la primera infancia tienen un impacto directo en el desarrollo cognitivo y emocional, ayudando a los niños a mejorar su capacidad de resolución de problemas y su comunicación. Además, estudios como los de Runco y Jaeger (2012) resaltan cómo el fomento de la creatividad desde temprana edad no solo potencia la imaginación, sino que también fortalece habilidades fundamentales como el pensamiento crítico y la capacidad para enfrentar desafíos.

Ilustración obtenida en Pinterest


¿CÓMO FOMENTAMOS LOS "CIEN LENGUAJES"?

Si queremos que los niños sigan explorando y desarrollando esos "cien lenguajes", es fundamental ofrecerles el espacio y los recursos adecuados. Algunas estrategias clave incluyen:

  • Diversificar los materiales: No solo hay que ofrecer lápices y papel. Materiales como arcilla, instrumentos musicales, disfraces, bloques de construcción, y hasta materiales reciclados pueden ser herramientas poderosas para que los niños expresen su creatividad.

  • Fomentar el juego libre: El juego simbólico es una de las formas más puras de expresión. Permitir que los niños jueguen sin reglas estrictas les da libertad para explorar su imaginación y aprender de manera autónoma.

  • Escuchar sus historias: Escuchar lo que los niños tienen que decir sobre sus creaciones, sus juegos y sus pensamientos les hace sentir que sus opiniones son valoradas. Esta es una manera de reconocer y fomentar sus "lenguajes".

  • Crear un entorno estimulante: Los espacios educativos deben ser ricos en estímulos visuales, auditivos y táctiles. Un entorno bien diseñado invita a la exploración y el descubrimiento, y ofrece a los niños múltiples formas de interactuar con el aprendizaje.


Ilustración obtenida en Pinterest


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Referencias:

  • Garaigordobil, M., & Berrueco, L. (2011). Creatividad y aprendizaje en niños de 4 y 5 años. Revista de Psicología y Educación, 6(1), 35-44.

  • Runco, M. A., & Jaeger, G. J. (2012). The Standard Definition of Creativity. Creativity Research Journal, 24(1), 92-96.

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