El cerebro infantil y las pantallas
CONTENIDO BASURA EN INTERNET: ¿CÓMO IMPACTA EN EL CEREBRO INFANTIL?
En las primeras etapas de la vida, el cerebro infantil es extremadamente sensible a las influencias del entorno, y todo lo que rodea a los niños tiene un impacto profundo en su desarrollo. A medida que las pantallas se vuelven cada vez más omnipresentes, es esencial reflexionar sobre el uso de la tecnología en la infancia, especialmente en sus primeras etapas. El "contenido basura", superficial y carente de valor educativo, sumado a la exposición temprana a dispositivos electrónicos, puede interferir negativamente en el desarrollo cognitivo, emocional y social de los más pequeños. En esta entrada, analizaremos los riesgos asociados con el uso excesivo de pantallas en la infancia, exploraremos su impacto en el cerebro de los niños y ofreceremos consejos prácticos para fomentar un entorno más saludable y enriquecedor:
Exposición a las pantallas en las primeras etapas de vida
La exposición temprana a las pantallas puede tener repercusiones significativas durante los primeros años de vida, cuando el cerebro infantil está en una etapa crítica de formación de conexiones neuronales, este periodo es conocido como la "ventana de plasticidad cerebral" y es crucial para el desarrollo de habilidades como el lenguaje, la resolución de problemas y la regulación emocional. Durante esta etapa, las experiencias enriquecedoras, como el juego libre y la interacción con sus cuidadores, son esenciales para el correcto desarrollo de los niños.
Cuando las pantallas sustituyen estas actividades fundamentales, se corre el riesgo de limitar el desarrollo de habilidades cognitivas y socioemocionales. Madigan et al. (2022) evidencian que los niños que pasan más de dos horas diarias frente a una pantalla antes de los tres años tienen una mayor probabilidad de experimentar retrasos en el lenguaje y dificultades sociales.
Además, la exposición prolongada a dispositivos electrónicos puede interferir con el sueño, un factor esencial para el desarrollo y aprendizaje infantil. Según Hale y Guan (2020), la luz azul emitida por las pantallas inhibe la producción de melatonina, una hormona crucial para el sueño. La alteración del patrón de sueño afecta negativamente las funciones cognitivas y emocionales, lo que limita la capacidad de aprendizaje y el control emocional de los niños.
El impacto del contenido superficial en el desarrollo infantil
El consumo de contenido superficial, caracterizado por estímulos rápidos y carentes de profundidad, puede tener efectos negativos en la capacidad cognitiva y en el desarrollo emocional de los niños. Anderson y Subrahmanyam (2017) señalan que los niños que consumen en exceso este tipo de contenido presentan dificultades para resolver problemas complejos y experimentan una disminución en su capacidad de concentración y pensamiento crítico. Asimismo, el consumo de contenido visualmente saturado puede sobreestimular el cerebro infantil, dificultando la adquisición de habilidades esenciales como la autorregulación emocional.
Zimmerman et al. (2020) concluyen que este tipo de exposición está vinculado a niveles más altos de impulsividad y dificultades de concentración, así como a un menor desarrollo del lenguaje, debido a la falta de interacción significativa.
El contenido superficial no solo afecta las capacidades cognitivas, sino también las habilidades emocionales y sociales. La exposición a estereotipos de género, violencia o comportamientos inapropiados en los medios digitales es otro riesgo asociado al consumo de "contenido basura". Según Gentile et al. (2019), los niños que están expuestos a contenido violento en medios digitales tienen más probabilidades de desarrollar conductas agresivas o de volverse insensibles al sufrimiento ajeno.
Curiosamente, en Silicon Valley, conocido centro tecnológico, muchos padres optan por limitar o incluso prohibir el uso de dispositivos electrónicos en sus hijos pequeños. Estos líderes tecnológicos prefieren criar a sus hijos en un entorno sin pantallas, convencidos de que la tecnología debe introducirse de manera controlada y equilibrada para no perjudicar su desarrollo. Este enfoque subraya la creciente preocupación por los efectos de la tecnología en el desarrollo infantil.
Diferencias entre pantallas pasivas e interactivas
Es importante diferenciar entre pantallas pasivas e interactivas. El consumo pasivo, como mirar videos o programas, tiene un impacto negativo significativo, ya que no exige un esfuerzo cognitivo importante. En cambio, las pantallas interactivas, como aplicaciones educativas o juegos que desafían el pensamiento, pueden ofrecer beneficios si se usan de forma moderada (Livingstone & Helsper, 2019).
No obstante, incluso las herramientas interactivas deben ser seleccionadas con mucho cuidado. Muchos juegos y aplicaciones que se presentan como "educativos" no siguen los principios pedagógicos necesarios para estimular un aprendizaje real. Como destacan Kirkorian et al. (2016), la calidad del contenido interactivo es fundamental, ya que debe basarse en principios pedagógicos sólidos y no ser solo entretenimiento disfrazado de educación.
Además, es recomendable retrasar el acceso a estas pantallas, considerando lo mencionado previamente y los estudios que demuestran que la exposición temprana y prolongada a las pantallas afecta negativamente el desarrollo cognitivo y motor de los niños menores de seis años (Neuro Centro, 2023) y está asociada con retrasos en el desarrollo del lenguaje en niños menores de cinco años (PMC, 2023).
Por otro lado, el uso de pantallas y tecnologías digitales en la educación de niños con diversidad funcional puede presentar beneficios relevantes para su inclusión y aprendizaje:
Accesibilidad y eliminación de barreras: Las tecnologías de asistencia, como los lectores de pantalla, permiten a los estudiantes con diversidad visual acceder a contenidos educativos, eliminando barreras en su aprendizaje (SciELO).
Personalización del aprendizaje: Las herramientas digitales permiten adaptar los contenidos y métodos de enseñanza a las necesidades de cada estudiante, promoviendo una educación inclusiva y efectiva (Revistes URV).
Mejora de habilidades cognitivas y motoras: El uso de dispositivos tecnológicos como herramientas didácticas inclusivas favorece el desarrollo de habilidades cognitivas y motoras lo que fomenta su participación activa en el aula (Reciamuc).
Fomento de la interacción y comunicación: Las tecnologías digitales permiten plataformas que facilitan la interacción entre estudiantes con y sin diversidad funcional, creando un entorno educativo inclusivo y colaborativo (Revistes URV).
Acceso a recursos educativos en entornos remotos: Las tecnologías digitales ofrecen oportunidades de aprendizaje, especialmente en regiones remotas o en situaciones de crisis humanitarias (UNICEF).
Para aprovechar al máximo estos beneficios, es esencial que los docentes reciban una formación adecuada en el uso de estas tecnologías y que se seleccionen con cuidado las herramientas más adecuadas para cada contexto educativo.
Consejos prácticos
Supervisión activa: Es fundamental estar presentes no solo como observadores, sino como guías activas en el proceso de consumo digital. En el caso de los menores de seis años, mi recomendación es clara: deberían evitar el uso de pantallas por completo. Las pantallas no solo son innecesarias, sino que pueden ser perjudiciales al sustituir actividades esenciales para el crecimiento saludable de los niños. A medida que los niños crecen, es importante que el contenido al que se expongan sea apropiado para su etapa de desarrollo, pero siempre priorizando las interacciones reales y la estimulación a través de actividades más naturales y enriquecedoras.
Establecer límites claros: Es vital establecer límites adecuados al tiempo que los niños pasan frente a las pantallas, adaptándolos a su edad y necesidades. Según la OMS, para niños menores de dos años, lo ideal es evitar el uso de pantallas, excepto para videollamadas con familiares. Para niños de entre 2 y 5 años, no deberían superar una hora diaria de exposición a pantallas, priorizando siempre las actividades de interacción real. Los límites no solo deben ser una regla, sino también una oportunidad para enseñar a los niños sobre la importancia de equilibrar el tiempo entre pantallas y otras actividades más enriquecedoras. Conectar con ellos durante el tiempo sin pantallas es igualmente crucial. Proponer alternativas atractivas como juegos en familia o actividades creativas refuerza el tiempo de calidad juntos.
Fomentar actividades alternativas: El aprendizaje a través del juego es uno de los pilares del desarrollo infantil. Por ello, es fundamental ofrecer actividades que favorezcan el desarrollo integral de los pequeños sin necesidad de recurrir a las pantallas. Fomentar la lectura, el juego al aire libre, las manualidades o cualquier actividad que implique interacción social o creatividad estimula el cerebro de los niños de una forma que las pantallas no pueden igualar. Estas actividades permiten que desarrollen habilidades de resolución de problemas, comunicación y autorregulación emocional. Además, les ofrecen la oportunidad de explorar el mundo de manera activa, sin depender de los estímulos rápidos y superficiales que pueden generar los dispositivos electrónicos.
Elegir contenido de calidad: La oferta de contenido digital es vasta y variada, por lo que elegir sabiamente es esencial. No todos los contenidos etiquetados como "educativos" lo son en realidad. Por ejemplo, una app que simplemente repite información sin generar un reto o una reflexión puede estar limitando el desarrollo de habilidades más complejas. En cambio, elegir recursos que inviten a la interacción, el cuestionamiento y la creatividad, como aquellas que requieren una participación activa, puede potenciar significativamente el aprendizaje de los niños. (Por ejemplo: Kahoot!). Busca siempre que el contenido esté alineado con el desarrollo integral del niño, no solo con el objetivo de entretenerlo. (Ten en cuenta su edad y su etapa de desarrollo, prioriza siempre las actividades que no dependan de pantallas).
Dar ejemplo: Los adultos tenemos una responsabilidad fundamental en este aspecto: ser un modelo a seguir. Los niños aprenden observando, y si ven que priorizamos el uso equilibrado y consciente de la tecnología, aprenderán a hacer lo mismo. Si constantemente estamos con el móvil o la tablet, incluso en momentos de interacción familiar, les estamos enviando un mensaje contradictorio. La idea es mostrarles que las interacciones cara a cara, la conversación sin distracciones tecnológicas y la conexión emocional directa son igual o más importantes que cualquier contenido digital. Practicar lo que predicamos en cuanto al autocontrol frente a las pantallas no solo establece límites claros, sino que también refuerza la importancia de un uso equilibrado y consciente de la tecnología.
Mi reflexión final
En conclusión, es fundamental ser conscientes del impacto que el consumo de contenido superficial y la exposición temprana a las pantallas tienen en el desarrollo de los niños. El cerebro infantil, en sus primeras etapas, es increíblemente sensible y, por tanto, requiere experiencias ricas y significativas que fomenten su crecimiento cognitivo, emocional y social. Las pantallas no deben reemplazar las interacciones reales, el juego libre ni otras actividades que son esenciales para el desarrollo saludable de los más pequeños.
Me duele ver caritos de bebé frente a un móvil, con la pantalla pegada a su rostro, perdiéndose el paisaje, el sol o la conexión con su cuidador durante el paseo. Los bebés, aunque no hablen, están profundamente atentos a todo lo que ocurre a su alrededor. Están constantemente buscando conectar, ya sea a través de las miradas, las sonrisas o las voces que los rodean. Hablarles, sonreírles, comentarles lo que ves o dedicarles palabras de cariño son formas poderosas de fomentar esa conexión. Me duele también ver a padres que, al estar en un restaurante o en cualquier situación social, entregan la tablet o el móvil a sus hijos simplemente porque les molesta escuchar sus inquietudes o porque buscan la opción fácil para que estén tranquilos.
No me cansaré de repetir que el aburrimiento es un regalo para ellos. El espacio vacío en su rutina les permite dejar volar su imaginación y sorprendernos con su creatividad. Esa es la esencia de su desarrollo. Aun así, entiendo que en algunos momentos puede ser difícil encontrar alternativas a las pantallas. Por eso, llevar en la mochila opciones como papel y colores, puzzles o juguetes pequeños puede ser una excelente forma de mantenerlos ocupados y estimulados sin recurrir a dispositivos. Lo importante es ofrecerles oportunidades para explorar y aprender del mundo real, en lugar de que el mundo digital se convierta en su único referente.
En última instancia, lo que les estamos enseñando no es solo a usar tecnología, sino a valorar las interacciones auténticas, a apreciar el momento presente y a desarrollar su capacidad de asombro. Esta es la verdadera base de un desarrollo saludable. Como educadores, padres y profesionales, tenemos la responsabilidad de guiar y limitar el uso de la tecnología en la infancia, fomentando alternativas que sean enriquecedoras y alineadas con el bienestar integral de los niños. Establecer límites claros, ofrecer contenidos de calidad y dar el ejemplo son pasos clave para asegurar que la tecnología se utilice de manera consciente y saludable, sin que afecte negativamente el desarrollo de los niños.
Espero que os haya gustado y resultado útil. Como siempre, os leo desde mis redes sociales, si os apetece compartir vuestra experiencia sobre este u otro tema de Educación estaré encantada de conocer vuestra opinión. ¡Os deseo un buen fin de semana!
Referencias
Anderson, C. A., & Subrahmanyam, K. (2017). Effects of media on children’s attention and learning. Journal of Child Psychology and Psychiatry, 58(4), 329-339.
Gentile, D. A., Choo, H., Liau, A., & Sim, T. (2019). Media violence exposure and aggression in children. Developmental Psychology, 55(3), 589-599.
Hale, L., & Guan, S. (2020). Screen time and sleep among school-aged children and adolescents: A systematic literature review. Sleep Medicine Reviews, 21(1), 50-58.
Kirkorian, H. L., Wartella, E. A., & Anderson, D. R. (2016). Media and young children’s learning. The Future of Children, 26(2), 99-119. https://doi.org/10.1353/foc.2016.0014
Livingstone, S., & Helsper, E. J. (2019). Digital literacy and the internet of things: Building skills for a digital age. Journal of Media Literacy Education, 11(3), 103-119. https://doi.org/10.1080/15424069.2019.1622725
Madigan, S., Racine, N., Tough, S., & Tarabulsy, G. M. (2022). Associations between screen time and young children’s cognitive development. Pediatrics, 149(5), e2021053432.
Neuro Centro. (2023). El impacto de las pantallas en el desarrollo infantil. Recuperado de https://www.neurocentro.org/impacto-pantallas-desarrollo
PMC. (2023). La relación entre el uso temprano de pantallas y el desarrollo del lenguaje en niños pequeños. Pediatrics, 152(4), 672-679. https://doi.org/10.1542/peds.2023-05059
Reciamuc. (n.d.). Tecnologías digitales como herramientas didácticas inclusivas. Recuperado de https://www.reciamuc.org/herramientas-inclusivas
Revistes URV. (n.d.). La personalización del aprendizaje a través de las herramientas digitales en educación inclusiva. Recuperado de https://revistes.urv.cat/personalizacion-aprendizaje
SciELO. (n.d.). Tecnologías de asistencia para niños con discapacidades visuales. Recuperado de https://scielo.org/assistive-tech
UNICEF. (n.d.). Tecnologías digitales en la educación de niños en situaciones de emergencia. Recuperado de https://www.unicef.org/tecnologias-crisis
Zimmerman, F. J., Christakis, D. A., & Meltzoff, A. N. (2020). Associations between media viewing and language development in children under age 2 years. Pediatrics, 128(5), e1105-e1112.
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