El control de esfínteres

¿CÓMO ACOMPAÑAR EL CONTROL DE ESFÍNTERES DE FORMA RESPETUOSA?

El control de esfínteres es uno de los grandes hitos en la primera infancia y, como tal, debe ser un proceso natural y respetuoso. Cada niño tiene su propio ritmo de maduración y forzar esta etapa puede generar ansiedad y afectar su autoestima. En esta entrada profundizaremos en cómo acompañar este proceso de manera positiva, tanto en casa como en el aula.


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¿Cuándo están listos los niños para dejar el pañal?

Lo primero que debemos tener en cuenta es que no existe una edad concreta en la que deba dejarse el pañal. Según la Asociación Española de Pediatría (AEP), lo fundamental es que el niño esté preparado tanto a nivel físico como emocional (AEP, 2024). Esto puede ocurrir entre los 2 y los 4 años, pero cada niño tiene su propio ritmo.

Algunas señales que indican que el niño está listo son:

  • Permanecer seco durante períodos prolongados (al menos 2 horas).
  • Mostrar interés por el baño o el orinal, observando a otros o queriendo participar.
  • Comunicar verbalmente o con gestos la necesidad de hacer pis o caca.
  • Ser capaz de subir y bajar la ropa por sí mismo.
  • Sentirse incómodo cuando el pañal está sucio.
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Errores comunes que debemos evitar

Para acompañar el control de esfínteres de manera respetuosa, es fundamental evitar ciertas prácticas que pueden generar inseguridad o frustración en el niño:

Forzar el proceso o imponer tiempos rígidos: veces, nos dejamos llevar por las prisas o las expectativas sociales y queremos que el niño deje el pañal cuanto antes. Sin embargo, cada pequeño tiene su propio ritmo, y apurar el proceso puede generar retrocesos o incluso miedo al baño. Lo ideal es observar al niño y respetar sus señales de preparación, en lugar de forzarlo a conseguirlo "a toda costa"

“Si somos nosotros los que lo sentamos cada hora con la esperanza de que salga algo... somos nosotros los que tomamos el control sobre su cuerpo”. (Laura Estremera) El objetivo es que el niño tome conciencia de sus sensaciones y controle su propio cuerpo de manera progresiva y autónoma.

Comparar con otros niños: Cada niño es único, y lo que funciona para uno puede no ser adecuado para otro. 

Usar castigos o burlas por accidentes: Tener un escape es completamente normal en este proceso. Si reaccionamos con enfado, castigos o incluso burlas, podemos generar rechazo hacia el uso del baño o sentimientos de vergüenza. En lugar de eso, es importante mantener la calma, limpiar juntos y ofrecer palabras de aliento. Frases como "no pasa nada, ya lo conseguiremos" ayudan mucho más que críticas o reproches.

Distraer con pantallas durante el proceso: A veces, para mantener al niño sentado en el orinal, recurrimos a móviles o tabletas. Sin embargo, esto puede ser contraproducente, ya que la pantalla desvía su atención y no permite que tome conciencia de lo que está haciendo. La Asociación Española de Pediatría (AEP) recomienda evitar dispositivos electrónicos en esta etapa, ya que pueden interferir en el aprendizaje del control corporal (AEP, 2024). Es mejor ofrecer cuentos, canciones o juegos tranquilos que lo mantengan cómodo, pero conectado con el momento.

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Claves para un acompañamiento respetuoso

💡 Establecer rutinas sencillas: A los niños les aporta mucha seguridad tener pequeñas rutinas que les ayuden a anticipar lo que va a pasar. Sentarlos en el orinal en momentos clave (como después de comer, al despertar o antes de salir de casa) puede ayudar a crear hábitos sin sentir presión. No hace falta estar todo el día insistiendo; simplemente, incluir estos momentos en la rutina diaria hará que el proceso sea mucho más natural y llevadero.

💡 Ofrecer refuerzo positivo: Los pequeños logros merecen ser celebrados, y no hace falta montar una fiesta cada vez que lo consiguen, pero sí expresar alegría y reconocimiento: "¡Muy bien, lo has hecho genial!" o "¡Qué orgullosa estoy de ti!". El refuerzo positivo no solo motiva, sino que también les ayuda a sentirse seguros y capaces. Eso sí, evita ofrecer recompensas materiales constantemente, ya que el objetivo es que se sientan satisfechos por el propio logro, no por el premio.

💡 Fomentar la autonomía: Permitir que el niño sea quien decida cuándo usar el baño favorece la autoeficacia y la responsabilidad. El control de esfínteres no es solo cuestión de usar el orinal, sino de que el niño sea consciente de sus necesidades y aprenda a gestionarlas por sí mismo.

💡 Mantener la coherencia en todos los contextos: Los niños necesitan coherencia y consistencia para sentirse seguros. Por eso, es fundamental que tanto en casa como en la escuela se sigan pautas similares. Habla con los educadores o familiares que estén implicados para que todos estén alineados y respeten el mismo enfoque. Esto evitará confusión y hará que el proceso sea mucho más fluido y positivo.

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📚 Cuentos para acompañar el control de esfínteres

Aquí tienes algunos títulos recomendados:


"El libro de los culitos" de Guido van Genechten


Un cuento divertido y sencillo que ayuda a los más pequeños a familiarizarse con el uso del orinal.

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"¿Puedo mirar tu pañal?" de Guido van Genechten


El protagonista, un ratoncito curioso, explora los pañales de otros animales para descubrir qué hay dentro. Ideal para trabajar la curiosidad y normalizar hablar de este proceso.

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"Todo el mundo va" de Taro Gomi


Un cuento genial que muestra cómo distintos personajes utilizan el baño, ayudando a los niños a entender que es un proceso natural y común para todos.


📖 Libros para adultos que acompañan el proceso

Además de cuentos infantiles, existen libros pensados para adultos que buscan comprender y acompañar el control de esfínteres desde una perspectiva respetuosa.


"Déjalos ser niños" de Laura Estremera

Una guía para la crianza respetuosa, personalmente recomiendo este libro tanto a profesionales de la Educación Infantil como a las familias

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"El cerebro del niño" de Daniel J. Siegel y Tina Payne Bryson

Aunque no se centra exclusivamente en el control de esfínteres, este libro ofrece pautas sobre el desarrollo infantil que pueden resultar muy útiles para entender el proceso.


Reflexión final

El control de esfínteres es un proceso natural que, con paciencia y respeto, puede vivirse de manera positiva y enriquecedora tanto para el niño como para los adultos que lo acompañan.

Acompañar con empatía, evitando presiones y respetando el ritmo de cada niño, es clave para que esta etapa se desarrolle de forma tranquila y segura. Es fundamental recordar que cada pequeño tiene su propio ritmo y comparar no solo es injusto, sino que también puede generar frustración y desmotivación.

Además, es muy importante que haya una buena comunicación entre la familia y la escuela durante este proceso. Los niños necesitan coherencia en todos los contextos para sentirse seguros y entender qué se espera de ellos. Cuando el enfoque es común y respetuoso, se sienten acompañados y comprendidos, lo que hace que el camino hacia el control de esfínteres sea mucho más sencillo y llevadero.

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Referencias:

  • Asociación Española de Pediatría (2024). Guía práctica sobre el control de esfínteres en la infancia. Recuperado de AEPediatría.org
  • Estremera, L. (2015). Dejar el pañal y el control de esfínteres. Recuperado de Laura Estremera
  • Estremera, L. (2019). Pinceladas sobre el control de esfínteres. Recuperado de Laura Estremera

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