Aprendizaje por proyectos (ABP)

El aprendizaje por proyectos: explorar, crear y aprender juntos desde la infancia

Cuando trabajamos con niños pequeños, una de las cosas que más nos llama la atención es su gran curiosidad. ¿Por qué no aprovecharla como motor de aprendizaje? 

Aquí es donde el aprendizaje por proyectos (ABP) brilla con luz propia. Esta metodología, basada en el interés de los niños y en el aprendizaje activo, permite descubrir el mundo de forma significativa, integrando lo que aprenden con la vida real.

En esta entrada, te contaré qué es el ABP, cómo implementarlo en educación infantil y algunos ejemplos prácticos para que lo lleves a la acción.

¿Qué es el aprendizaje por proyectos?

El ABP es una forma de aprender "haciendo". En lugar de trabajar con fichas o seguir un esquema rígido, los niños participan en proyectos que parten de sus intereses. 

Por ejemplo, ¿un grupo de niños fascinados con los dinosaurios? Este tema se convierte en el eje central, y a partir de él exploramos matemáticas (contar dinosaurios), lenguaje (crear historias sobre ellos), arte (dibujarlos o modelarlos en plastilina) y mucho más.

Esta metodología no solo enseña contenido, sino que desarrolla habilidades esenciales como el trabajo en equipo, la resolución de problemas y la capacidad de investigar.

Pero, ¿Cómo lo aplicamos en educación infantil?

1. Escuchar sus intereses:
   

   Observa y dialoga con los niños para descubrir qué despierta su curiosidad. Si muestran interés por las plantas, podrías iniciar un proyecto sobre cómo crecen.

2. Formular una pregunta o desafío:
   

   Una pregunta guía sirve como hilo conductor. Por ejemplo: "¿Qué necesita una planta para crecer?".

3. Explorar y experimentar:
   

   Planifica actividades variadas: plantar semillas, observar su crecimiento, investigar en libros, hacer dibujos, o incluso invitar a un jardinero a la clase.

4. Documentar el proceso:
   

   Registra lo que los niños hacen y aprenden mediante fotos, dibujos y frases que ellos digan. Esto también sirve para compartir el proyecto con las familias.

5. Cierre y celebración:
   

   Finaliza con una exposición o una actividad donde los niños muestren lo aprendido. Este paso refuerza su confianza y les hace sentir orgullosos de su trabajo.

⭐Ejemplos de proyectos para empezar:

• "Construimos una ciudad":
  Usa cajas, cartón y pintura para crear una ciudad en miniatura. Los niños aprenden sobre formas, roles sociales y colaboración.

• "Exploradores del agua":
  Investiga el agua y sus estados. Puedes organizar experimentos con hielo, hacer un mural de gotas o visitar un río cercano.

• "Un día en la granja":
  Recrea una granja en el aula con animales de juguete. Habla sobre qué comen, dónde viven y qué nos aportan.

⭐Consejos prácticos para educadores y familias:

• No tengas miedo de improvisar: Los proyectos no siempre siguen un camino lineal, y está bien. La flexibilidad es clave.

• Fomenta la colaboración: Aunque cada niño tiene su propio ritmo, trabajar en equipo refuerza las habilidades sociales.

• Crea un entorno rico en recursos: Libros, materiales reciclados, juguetes... Todo puede ser útil para explorar y aprender.

¿Te animas a probar el aprendizaje por proyectos?

Si te animas a poner en práctica esta metodología, ¡me encantaría conocer tus experiencias! ¿Qué proyecto podrías empezar? Cuéntamelo en mis redes sociales: @Aprendimenta 😊